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Alivio por la decisión del Parlamento Europeo en defensa de la lavanda

La exención de la toxicidad de los aceites esenciales generados de la lavanda, el lavandín y otras plantas aromáticas ha sido aprobada por el pleno del Parlamento Europeo. Ahora sólo queda que el Consejo Europeo redacte el reglamento.

Atrás quedan meses de intenso trabajo desde el Ayuntamiento de Brihuega, la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha y el Gobierno de España para que Europa reconsiderara su postura inicial.

Ya es oficial, el pleno del Parlamento Europeo ratificaba ayer miércoles la decisión de no declarar tóxicos los aceites esenciales que proceden de las plantas aromáticas; una amenaza que hubiera supuesto un grave perjuicio económico y cultural para la comarca de Brihuega, cuyo desarrollo turístico había crecido espectacularmente en la última década en torno al florecimiento de la lavanda.

Los productores de Brihuega y también sus vecinos y vecinas podemos estar tranquilos al fin, a falta de que se redacte definitivamente el reglamento, porque sabemos que ha prevalecido la razón y no peligra el cultivo de lavanda en la comarca, que es ecológico, tradicional y sostenible”, explicaba el alcalde, Luis Viejo.

Esta noticia ya la adelantó la europarlamentaria María Spyraki, eurodiputada del PPE – Rapporteur ENVI, que visitó los campos de lavanda en julio acompañada del alcalde Luis Viejo y otras personalidades.

Como el presidente de las Cortes Castilla – La Mancha, Pablo Bellido, y el delegado de la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha en Guadalajara, José Luis Escudero. En su discurso, la parlamentaria de origen griego señaló que alrededor de octubre podría llegar esta aprobación definitiva, como así ha sido.

En Castilla-La Mancha hay cerca de 5.000 hectáreas dedicadas al cultivo de plantas aromáticas, de las cuales 3.000 se encuentran en la provincia de Guadalajara, especialmente en los campos de Brihuega, que florecen durante julio y atraen cada año miles de visitas internacionales, generando un impacto socioeconómico de entre 4 y 6,5 millones de euros anuales.

Es por ello por lo que, desde que se conoció la posibilidad de que los aceites esenciales fueran considerados productos tóxicos, el Ayuntamiento de Brihuega, con su alcalde Luis Viejo a la cabeza, no ha cesado de trabajar en colaboración con la Junta y el Ministerio de Transición Ecológica para revertir la amenaza.

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